La energía especial que emana del desierto atrae a miles de turistas durante todo el año. La idea de pasar una Luna de Miel en medio del misterio del altiplano constituye toda una experiencia para los.....
La energía especial que emana del desierto atrae a miles de turistas durante todo el año. La idea de pasar una Luna de Miel en medio del misterio del altiplano constituye toda una experiencia para los novios que buscan paisajes de ensueños, mezclados con una cuota de aventura. San Pedro de Atacama corresponde a uno de los tantos oasis que deben su origen a las lluvias que produce el invierno boliviano en el desierto más árido del mundo, el de Atacama. Por ello resulta aún más increíble encontrar en medio de éste un lugar con vegetación realmente exuberante formada por Chañares, Algarrobos y Pimientos.
San Pedro se encuentra a los pies de la cordillera de los Andes, que en esta zona alcanza los 6100 metros de altura. Frente a San Pedro y a tan sólo 40 kilómetros de distancia, se encuentra el majestuoso y místico volcán Licancabur. El nombre significa Cerro del Pueblo y fue venerado por los Incas quienes realizaban ceremonias y dejaban ofrendas en el cráter que se encuentra en su cumbre.
A tan sólo 15 kilómetros se encuentra el misterioso Valle de la Luna. Tal como su nombre lo señala, la forma y colores de las rocas que allí se encuentran, dan al paisaje una apariencia lunar. Observar desde este lugar el atardecer, mirando cómo la luz hace variar la tonalidad de los volcanes que se observan a lo lejos, convierte este espectáculo en una experiencia sobrecogedora.
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